30 marzo, 2020
Mientras el brote del coronavirus (COVID-19) continúa y aumenta el número de países afectados, el turismo a nivel mundial viene experimentando un impacto sin precedentes debido a las restricciones en el movimiento, el miedo y los intentos de controlar la propagación del virus. Además, muchos países han adoptado la cuarentena obligatoria para aplanar la curva de crecimiento del número de personas infectadas, lo que ha afectado la vida cotidiana de alrededor de mil millones de personas en todo el mundo. En China, donde la población ha estado luchando contra el virus durante algunos meses, ahora es posible vislumbrar la esperanza de que la vida cotidiana vuelva lentamente a la normalidad. Durante estos tiempos difíciles, nuestros colegas de Destination Asia China que trabajan de forma remota desde sus hogares quieren compartir sus experiencias a través de relatos personales de cómo enfrentaron meses de soledad. Con los siguientes testimonios, nuestros socios desean enviar mensajes de apoyo y esperanza a quienes estamos al comienzo de una larga cuarentena.
Linda Wang – Managing Director, Beijing
Hemos estado en Beijing desde el inicio del COVID-19. Mi familia y yo no viajamos durante las vacaciones del Año Nuevo Chino, lo que significa que hemos estado en cuarentena durante más de dos meses. Para levantar el ánimo y quitarse el pijama, un grupo de amigas y yo comenzamos un Desafío de Estilo. Todos los días, nos vestíamos como si nos fuéramos a trabajar y tomamos fotos del resultado que se compartiría en un grupo de WeChat, donde cada miembro ofrece apoyo y compañía. Todas las mañanas durante el desafío, en lugar de sentirme aburrida y preocupada, intentaba recordar cuál vestido había comprado, pero nunca usado. Así que saltaba de mi cama, buscaba ese vestido, me colocaba un poco de maquillaje y algunas joyas. ¡Me sentí como una persona nueva! Mi buen humor diario impactó en mi equipo que consecuentemente tomó decisiones más sensatas.
Karen Cheng – General Manager, Shanghái
Solía ser el tipo de persona que vivía de comida para llevar. Mi desayuno era hecho en FamilyMart, una tienda de conveniencia abierta las 24 horas. El almuerzo era pedido en Eleme, una aplicación de entrega de comida. También pedía la cena en la misma aplicación, generalmente cuando salía de la oficina. Como el tráfico de Shanghái en la noche es pésimo, normalmente me llevaba más de una hora llegar a casa. Por lo general, mi cena llegaba a casa antes que yo. Estaba tratando de comer de forma saludable aun pidiendo delivery de comida. Nunca imaginé que mi vida culinaria fuera a ser iniciada por circunstancias tan especiales. Irónicamente, ¡comenzó durante las vacaciones del Año Nuevo Chino, una fecha que se trata de quedarse en casa con familiares y amigos para comer bien! Por primera vez en mi vida, cociné día y noche para proporcionarle a mi familia las tres comidas del día. Como resultado de la política de auto cuarentena, la mayoría de las personas comenzaron a ordenar sus compras en aplicativos de entrega. Terminé descargando nueve aplicativos de entrega diferentes para satisfacer las necesidades de mi familia, ¡parecía Black Friday o Cyber Monday! Afortunadamente, la oferta pudo satisfacer rápidamente la demanda y la escasez virtual duró poco. Gracias a los grandes esfuerzos y sacrificios de todos mis compatriotas, la vida está volviendo lentamente a la normalidad aquí en Shanghái. Y aunque todavía no me guste cocinar, y mi cocina aún no sea muy buena, al menos ha mejorado.
Violet Shen – Account Manager, Guanzhou
Como es tradicional en el Festival de la Primavera, a fines de enero volví a mi ciudad natal Guangzhou para celebrar las vacaciones con mi familia. En respuesta al Coronavirus que se extendió por todo el país a principios de febrero y gradualmente fue noticia en todo el mundo, decidí no regresar a Shanghái, donde trabajo, sino quedarme con mi familia en Guangzhou. ¡Bromeo con mi familia diciendo que estas son las vacaciones de invierno más largas que he tenido! Para aprovechar al máximo esta oportunidad, mi enfoque diario ha cambiado más del trabajo a la familia. Estoy pasando mucho tiempo con mis abuelos, que ya tienen 80 años. Mi abuela sufre de demencia y continúa hablando sobre los viejos tiempos y la gente de su juventud, a menudo repitiendo las mismas historias en su denso dialecto hakka, un idioma muy diferente al chino mandarín y cantonés. Mi abuelo todavía tiene una mente clara, aunque su salud se ha deteriorado en los últimos años. Además del trabajo doméstico, paso la mayor parte del tiempo sentada con ellos, escuchando las historias de mi abuela, jugando y hablando de las noticias con mi abuelo.
Vera Yan – Account Manager, Beijing
Debido al COVID-19, tengo más tiempo libre después del trabajo durante estos días. Para mantener la rutina, implementé un horario diario para continuar mis actividades regulares y mi actitud positiva. Por la mañana, suelo pasar de dos a cuatro horas trabajando. Además de lidiar con los correos electrónicos del día a día, también comencé a prepararme para cuando todo se calmara creando nuevos productos, como recorridos ecológicos por todo el país y recorridos cortos para pasajeros con largas escalas por el país. Mis tardes fueron dedicadas a profundizar mi conocimiento sobre la historia y cultura china. Aprendo sobre nuestra historia con una taza de té de acuerdo con la tradición y practico caligrafía y pintura, artes tradicionales milenarias.